
Por. Vinicio Portela
Sí un político tiene un gasto millonario en propaganda, entonces no es un líder, es solamente un producto, una marca que abruma y que hostiga.
Sí un político tiene que pagar por que vayan a sus eventos, entones no es buen candidato, solo es un vanidoso egocentrista, que se engaña con una convocatoria ficticia.
Sí un político puede ganar comprando votos, entones es un inversor, un corrupto que tendrá presupuesto público a su disposición para robar y recuperar, con mil por ciento de intereses, lo que gastó.
Pero sí la ciudadanía acepta esta propaganda, recibe un pago para ir a sus evento y vende su voto, entonces somos una sociedad que nos merecemos que nos cargue la chingada, pues la única forma que los políticos corruptos lleguen al poder, es a través de un pueblo agachado y vendido.
200 pesos y una torta no cambiarán tu vida, 500 pesos por tu boleta electoral no contribuirá a que prosperes, una despensa cada tres años no le quitará el hambre a tu familia, solo razonando nuestros sufragio podremos contribuir a un verdadero cambio y tener una esperanza en el futuro.
Y si piensas que la política corrupta no te va alcanzar, pregúntales a los empresarios en pandemia, como la política los alcanzó y muchos negocios desaparecieron; pregúntales a los ricos, como tenían que viajar a Estados Unidos para poder tener una vacuna; pregúntales a tus vecinos que enterraron a sus muertos por la falta de atención en los hospitales; pregúntales a las madres que siguen buscando a sus hijas; pregúntales a los familiares de niñas y niños enfermos de cáncer que no tiene tratamientos oncológicos; pregúntales a los familiares de las más de 165 mil víctimas de homicidios dolosos; pregúntale a los hijas e hijos que perdieron a sus madres por feminicidio… y puedo seguir con la lista de cómo la política corrupta los alcanzará.
Ahora reflexiona, ¿será que volverás a vender tu decisión, vender tu conciencia?